Esta terraza ubicada en un balcón fue pensada como un pequeño oasis urbano. La vegetación transforma el espacio en un refugio natural, aportando frescura, vida y una sensación de calma en medio de la ciudad.
Cada mueble fue elegido para crear una atmósfera envolvente, donde el verde domina y contrasta con los materiales neutros del mobiliario. El diseño busca invitar al descanso, ya sea con una taza de café por la mañana o una copa al atardecer.
La conexión con la naturaleza, incluso en espacios reducidos, es posible cuando se diseña con sensibilidad y propósito. Esta terraza lo demuestra: un espacio íntimo, vivo y lleno de encanto.




